No se ha hecho justicia a las familias un año después del mortal ataque de un perro en un parque de Lubbock
LUBBOCK, Texas (TELEMUNDO LUBBOCK) - Las cicatrices de Ruth Ann Muffley son un recordatorio diario del ataque al que sobrevivió.
El 27 de septiembre de 2022, ella y su perro Flaka daban su paseo diario en el área recreativa Buddy Holly.
“Siento como si hubiera ocurrido ayer. Todavía está fresco en mi cabeza”, dijo Muffley.
Muffley dijo que vio a tres perros grandes sin dueños a la vista. Empezó a caminar en dirección contraria, pero ya era demasiado tarde. Los perros la tiraron al suelo y empezaron a atacarla.
Los hombres que trabajaban cerca oyeron sus gritos al otro lado del parque. Acudieron en su ayuda y distrajeron a los perros mientras Muffley corría para ponerse a salvo.
“Me salvaron la vida. No estaría aquí si no fuera por ellos”, dijo Muffley.
Mientras corría por un puente cercano, vio ropa esparcida y el cuerpo de un hombre que reconoció.
“Todavía tengo esa visión”, dijo Muffley.
El corredor, se enteró más tarde, era Jack Looney.
“Empecé a verle correr por aquí una semana antes del atentado. Empecé a darle los buenos días y él me saludaba”, dijo Muffley.
El equipo de KCBD Investigates obtuvo el informe de la autopsia de Looney.
Hay tres páginas de lesiones documentadas que incluyen, entre otras, heridas punzantes, laceraciones, abrasiones y hematomas.
La causa de la muerte fue un ataque canino.
En el año transcurrido desde los ataques, nadie ha admitido ser el propietario de los perros.
La hermana pequeña de Looney, Teresa Roeder, no se sorprende.
“Si tus perros asesinaran a alguien, ¿darías la cara, porque son tu responsabilidad?”. dijo Roeder.
De octubre de 2021 a septiembre de 2022, los Servicios para Animales de Lubbock informaron 730 mordeduras de perro.
Desde octubre de 2022 hasta el 25 de septiembre de 2023, se informaron 894 mordeduras de perro.
En ese mismo período de tiempo, Lubbock Animal Services ha informado 16 casos de perros peligrosos que resultaron en 24 perros declarados peligrosos.
Roeder dijo que vio una jauría de perros agresivos a principios de este mes fuera de su oficina. Dijo que un hombre había sido mordido varias veces por los perros y fue trasladado al hospital en ambulancia.
“Ha pasado un año y seguimos preguntándonos qué se está haciendo”, declaró Roeder.
Roeder dijo que los últimos 12 meses han sido difíciles sin su hermano mayor.
“365 días parecen una eternidad”, dijo Roeder.
Roeder dijo que ella y Looney estaban muy unidos y que lo estuvieron aún más tras la muerte de su marido hace siete años.
Dijo que Looney se encargaba de las tareas domésticas que solía hacer su marido, como cortar el césped.
Roeder dijo que Looney iba a verlas a ella y a su hija casi todas las noches, una rutina que tenía lugar antes o después de su paseo por el Área Recreativa Buddy Holly.
“Le encantaba la naturaleza y la tranquilidad”, dijo Roeder. “Era su lugar feliz”.
Roeder cree que Looney salió a dar un largo paseo sobre la una de la madrugada, algo habitual, y fue atacado por la jauría de perros un par de horas después.
“Mucha gente intentó que dejara de venir aquí en mitad de la noche a dar su paseo”, dijo Roeder. “Si hubiéramos conseguido que dejara de hacerlo, piensa en todos los miles de días, literalmente porque lo hizo durante años, miles de días y noches de alegría que se habría perdido”.
Roeder dijo que se alegra de ver a gente disfrutando del lugar que tanto le gustaba a Looney, pero que le preocupa su seguridad.
“Tenemos un grave problema con los perros”, dijo Roeder.
Roeder dijo que le gustaría que se impusieran más multas a los dueños irresponsables de mascotas.
“Me gustaría que se exigiera a todos los propietarios de mascotas que pusieran un chip a sus animales y, si se descubre que no lo tienen, se les imponga una multa”, dijo Roeder.
Saber quién era el dueño de los perros no devolverá la vida al hermano mayor de Roeder, ni ayudará a Muffley a curarse más rápidamente, pero daría a estas mujeres algo que quizá nunca tengan: justicia.
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