“Nos encontramos en un punto en el que tenemos que encontrar ese ganado en alguna parte, y el hecho de que la frontera no esté abierta al ganado mexicano tiene un gran impacto, no solo en el número de cabezas de ganado, sino también en los precios,” afirma Jeff Lewter, conservacionista del distrito del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).